domingo, 9 de noviembre de 2008

Diplomacia Vaticana y pecado...


El presidente francés se divorció de su anterior esposa, Cecilia, en octubre de 2007, y menos de dos meses después se hizo pública su relación con la ex modelo y cantante italiana, recibiendo el “placet” del Vaticano, que llegando a lo más álgido de la doble moral rechaza al embajador argentino -por estar divorciado-, mientras el dos veces divorciado presidente católico francés Nicolás Sarkozy fue elevado al cargo de canónico honorario de la catedral de San Juan de Letrán -un privilegio que se remonta a 1604, en la época de la monarquía francesa de Enrique IV-, durante su reciente visita, que incluyó un encuentro muy cordial . Actualmente son 176 los países que mantienen relaciones con el Vaticano y siempre hay que tener en cuenta que el Papa es el monarca absoluto del más pequeño Estado del mundo: las 44 hectáreas vaticanas.Si son bautizados católicos, se prohíbe a los residentes el divorcio y los casamientos fuera del sacramento católico del matrimonio. La intransigencia vaticana, que para muchos linda con una inaceptable injerencia en la soberanía de los países con los que mantiene relaciones diplomáticas. Por ejemplo, se ha rechazado al embajador de Argentina en el Vaticano por estar divorciado. Aunque en Argentina está permitido el divorcio y el embajador Alberto Iribarne representa a este país, un Estado laico no confesional, y no a la Santa Sede.Es evidente la intransigente y doble moral a este respecto.

El cardenal Joseph Ratzinger ahora Benedicto XVI sostiene que la Iglesia católica defiende determinados valores que no son negociables y en los que pone especial énfasis. El matrimonio indisoluble es uno de ellos, aunque haya divorcio, pero el Vaticano está acostumbrado a aplicar dos medidas distintas en estos temas de moral católica. Mucho más importante que la designación de un embajador es que el presidente católico francés Nicolás Sarkozy fue elevado nada menos que al cargo de canónigo honorario de la catedral de San Juan de Letrán, sede del Papa como obispo de Roma. El presidente Sarkozy tiene dos divorcios en su biografía y convivía públicamente con Carla Bruni sin estar casado, aunque contrajo su tercer matrimonio, en este caso de índole civil con ella tras la visita. Pero Francia es la "hija predilecta de la Iglesia", y además es una nación muy celosa de su soberanía nacional y de su histórico laicismo. No conviene enfrentarse con ella, y en estos casos parece que la diplomacia exige actuar como perros mudos.Muchos recuerdan también casos como el de la princesa Carolina de Mónaco. Casada por la Iglesia con el francés Philippe Junot, la pareja se separó y Carolina inició después una relación con el italiano Stefano Casiraghi, bendecida por el nacimiento de tres hijos. Aceptó por razones de real política hacer un proceso de anulación. Le nombraron una comisión especial, que naturalmente sentenció que el matrimonio con Junot era nulo. No hubo casamiento por la Iglesia con Casiraghi pues el italiano murió durante una competencia de lanchas. Dirán que no es lo mismo el presidente Sarkozy o la princesa Carolina que el caso de un pobrecito embajador argentino divorciado. No digamos ya cuando se trata de un “ciudadano de a pie”. Tampoco es nada extraño que mientras algunos “católicos comunes” a quienes personalmente conozco y he asesorado no alcancen bajo ningún concepto el divorcio o la anulación de su matrimonio, luego de haber sido manipulados en segunda instancia , ya que la primera falla en contra para obligarlos a abrir otro proceso, dilatar el tiempo y asegurar otro “cobros pertinentes”, los “católicos ricos” puedan conseguir en tiempo record la “nulidad matrimonial” a cambio de aportaciones cuantiosas de dinero o “costas” en los tribunales eclesiásticos.
Pareciera que la moral católica, sobre todo la que se vive en castillos palaciegos y pretende imponerse como yugo a los súbditos del mundo entero, apunta a convertirse en una moderna ecuación de carácter inversamente proporcional:”A más poder, menos pecados y más eficaces resultados”; ecuación que seguramente busca incidir en alguna nueva relectura impuesta del sentido teológico y de izquierda paraeclesial a establecerse.
Exhorto como católico confeso a la "Alta Jerarquía"Cristiana y Católica, local, regional e Internacional ,a que consideren que Nuestro Señor es el Único y Verdadero Rey, y no pretendan tomarlo de burro para que encaramados sobre Él hagan vaquería con el rebaño, por que hasta donde tengo entendido los pastores y sacerdotes están puestos para cuidar a las ovejas de la maleficencia de los lobos y en beneficio de ellas, y no para esquilmarlas en beneficio propio y en maleficencia de ellas a amanera de lobos.
¡Qué ironía¡, mientras que el vaticano hace reconocimientos a mandatarios inmorales como canónigos de Templos , los hombres honorables, de moral incuestionable, casados una sola vez y con hogares bien constituidos, que se ocupan de presidir una nación como si fueran verdaderos pastores y la Presiden sabiendo que “Dios premia la buena fe” , deben soportar la injerencia y presión que ellos llaman colaboración en asuntos internos de esos “protegidos celestiales” y sus esbirros, también presidentes divorciados que al no haber podido gobernar su propia casa , conducen a sus naciones y nacionales a una hecatombe , que para el caso de Colombia los ciudadanos no queremos. ¡¿Dónde están los profetas y videntes , que mientras inventan fábulas temen denunciar la inmoralidad en sus organizaciones?! Necesitamos verdaderos profetas que como Juan el Bautista no teman perder su cabeza y ceder a la tentación de arrodillar su palabra frente a los modernos Herodes.

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