¿Estaría usted en disposición de entregar su voto, sus convicciones y el destino de la patria a un demagogo -que por serlo- cambia y manipula sus propias ideas, con el sólo fin de “cumplir su agenda oculta”?
Bien, la pregunta anterior encuentra su sentido en lo siguiente: Revisando mi biblioteca personal, me volví a encontrar con un “librejo” de 132 páginas, publicado en 1999 por la Editorial Aguilar, titulado “La tercera Vía, una alternativa para Colombia”, cuyo autor es el señor Juan Manuel Santos Calderón.
Sugiero a los lectores, leer el libro en mención, para que se den cuenta que las frases extractadas no pierden su contexto, y resumen el pensamiento del ex ministro en la época, y muy seguramente su pensamiento actual:
“El fuego cruzado… nos tiene al borde de una guerra civil, si fracasan las negociaciones de paz” (pág. 9) y “Un gran acuerdo de paz, sin un replanteamiento social que rescate a los excluidos, será siempre un generador potencial de violencia” [pág. 32].
Santos pensaba ¿o piensa? que “la diferencia entre la izquierda y la derecha se encuentra en la forma de obtener los ingresos (…) en el grado de progresividad del sistema tributario” [pág. 41].
Y compartía ¿o comparte? “cuatro valores fundamentales que deben informar las acciones del Estado y de la sociedad: reparto equitativo de la riqueza, igualdad de oportunidades, responsabilidad y solidaridad” [pág. 28]
Con todo esto, al parecer a única política del gobierno Uribe con la que Santos está “toda-vía” de acuerdo –por interés no nacional, sino personal- es la seguridad democrática; aunque no cree, ni en las virtudes del Ministro de Transporte, ni en la fracasada política de empleo, ni en las exenciones (regalos) tributarios cuya inefectividad ya ha sido comprobada (Galindo y Meléndez, 2010). 1
Definitivamente, alguien que tenga tan poca memoria para olvidar lo que dice, o en el peor de los casos, abjure tan fácilmente de sus ideas, no es persona de fiar.
Alguien que afirme: “El desprecio por la teoría y por lo conceptual, que no es otra cosa que la pereza de entender lo importante, es lo que nos hace proclives al mesianismo, a esa búsqueda del Salvador de turno”, y que posteriormente, por su interés de ser Presidente de la República se haya montado en el bus del Uribismo, porque esta sería la forma más rápida para ser un candidato presidencial con serias posibilidades de llegar al poder; aunque no comulgaba ni con el Uribismo ni con sus políticas, tuvo que traicionar sus principios liberal-demócratas por su ambición de poder, no merece la confianza de un sólo patriota, y lo mínimo que se espera de un cadete de la Escuela Naval de Cartagena, o de cualquier soldado es la lealtad consigo mismo, de donde brota cualquier otra lealtad
No en vano, el señor Santos adelantó cursos de postgrado de Economía, Desarrollo Económico y Administración Pública en la Escuela de Economía de Londres; y de allí su interés por el libro del Ex Primer Ministro de reino Unido, Tony Blair, el de la “tercera vía”, quien en un sarcasmo sin precedentes, ejerce actualmente como enviado para la Paz a Oriente Medio por la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y ¡las Naciones Unidas!
“La Tercera Vía” que agencia Londres en Suramérica, con diversos enfoques, utiliza a los “Demócratas de centro” y a la “Izquierda” – política y militarmente-, y se promociona diciendo “que no es más que la renovación socialdemócrata en un mundo en el que las ideas de la vieja izquierda han quedado obsoletas, mientras las de la nueva derecha son inadecuadas y contradictorias”.
Ese híbrido de una propuesta política de centro-izquierda, es el que justifica la fórmula vicepresidencial de santos, y la aceptación de El ex gobernador del Valle, Angelino Garzón, el mismo que se “salió” del Polo Democrático Alternativo tras posesionarse como nuevo jefe de la misión colombiana ante las Naciones Unidas y así asumió el 16 de enero de 2009 un cargo en el Gobierno Nacional.
En conclusión: A diferencia del Presidente Uribe, quien se reconoce y actúa como un Liberal disidente; Santos y Garzón no han actuado como quienes tienen clara su identidad, ni su ideario político; y según lo expuesto, lo único que los anima son las ansias de poder personal y la “reunificación del Liberalismo” que agencia y financian gobiernos extranjeros dentro de nuestro país.
Parece paradójico, pero la mejor manera para que la “U” no sea destrozada ni vendida, es no endosar su voto a componendas maquiavélicas que se deciden en embajadas monárquicas.
1. http://www.elespectador.com/columna192795-estimulos-o-regalos